Después de la muerte de Jesús, sus discípulos se reunían para RECORDARLO, para IMITAR SU EJEMPLO DE VIDA y para PREDECIAR SUS HECHOS. De esta manera los cristianos iban aumentando en número.
El imperio romano veía amenazado su mandato y comenzó una persecusión sangrienta contra los cristianos
Recien en la primera mitad del siglo IV, el Emperador Romano Constantino se convierte al cristianismo y ordena la oficialidad de esta religión.
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